Jose Domingo Ramirez Ponton "Mingo El Chino"
José Domingo Ramírez Pontón,
descendiente de la etnia Wayuu nació en Nazaret Guajira, en el año 1901 en en
medio de la guerra de los mil días, de padres indígenas de apellido Epiayu,
quienes por su cultura tal vez, lo cambiaron cuando tenía una edad de unos 8
años por unas cargas de bastimento, plátanos, yuca y malanga a Víctor Ramírez y
Transito Pontón, en Barrancas la Guajira, por eso heredo esos apellidos,
el viejo mingo buscando mejor porvenir se fue a la zona bananera como muchos
provincianos de donde se tuvo que escapar en noviembre de 1928 cuando estallo
la huelga que termino con la masacre de las bananeras el 6 de diciembre de ese
mismo año y llego a la Jagua del Pilar población ubicada al sur de La
Guajira junto con Antenor Salas, Ciro María Duran, Panco Salas
y otros más, después se fue para la sierra donde conoció a Sixta Saurith
formaron una familia y en el año 1932 nació Víctor Saurith Su hijo Mayor
seguidamente nacieron sus otros retoños, Otoniel
"Pañelito" , Francia Elena y Luisa Mercedes Saurith Ramírez, por causas del ron este
hogar se acabó luego en Barrancas conformo otra familia con Felicia Campuzano y
de esa unión nacieron José Ángel, Luis Alberto, Domingo, "Minguito" y
Ena Ramírez Campuzano.
Mingo, tenia una finca de cafe en sabana grande ubicada arriba del Plan y por temas del ron la empeño, a el le gustaba mucho un empeñao y decir tube y tengo, por esa mala negociacion la perdio al no pagar intereses se la quitaron
El viejo Mingo como
también era conocido en la sureña población era un hombre de mediana estatura,
piel morena, ojos redondos y además un empedernido tomador de bebidas
embriagantes sin reparar la que fuere y sin importarle si eran baratas o caras, buenas
o malas, para él todas sin excepción eran excelentes y cuando se
embriagaba, dejaba un reguero de anécdotas de las cuales trataremos de recordar
algunas.
Para comenzar una vez
viviendo en Carraipia viajo a la ciudad de Maicao donde tomo hasta no saber del,
que los policías al verlo en el estado que estaba se lo llevaron a la estación
para que durmiera y se le pasara la pea y en medio de la borrachera decía tuve
tengo y no tengo nada, abrazo la mochila que cargaba terciada y no paro de decir,
pero voy a dormir con la mona y los uniformados no le paraban bolas pensando
que estaba loco. Pero la famosa mona de la que tanto hacía mención aquella
noche. era una pelota de marihuana que cargaba camuflada en la mochila para
venderla y que a los policías ni olor les pego.
Otra de esas historias
le ocurrió en la Jagua, con su nieto Orlando, una noche que estaba tomado y
como a las dos de la mañana acostado en una hamaca al viejo se le dio por
cantar de la siguiente manera o es que asi cantan los Wayuu, Guee Guee Guee
Guaa, repetía el mismo sonsonete y a medida que pasaba el tiempo iba aumentando
el volumen del canto, Orlando que lo acompañaba en el cuarto, le dijo Papa
Mingo cállese que no me deja dormir y fue peor porque aumento más el sonido de
su garganta, que se escuchó en medio pueblo, la tercera vez el nieto no le pidió
que se callara por lo contrario le dijo, en tono displicente papa mingo no se
va a callar ? entonces grité y él le contesto que voy a gritar o yo soy loco y ahí
acabo la serenata y se durmió.
El viejo mingo una vez,
borracho se robó a Víctor y a Francia que eran niños todavía y se los llevo de a
pie desde La Jagua hasta Barrancas, donde vivía su familia, porque en esa época
no habían carros de transporte, cuando pasaron por Patilla jurisdicción de
Barrancas, un hombre les dio un Burro y se internaron en la montaña durando dos
días hasta que llegaron a la finca el cedrón, Pancha en el camino recogía
la fruta de un árbol conocido como olla de mono, por su forma y por el interés
que muestran los monos por esta fruta, Francia decía al recoger el juguete esta
ollita se la voy a llevar a Lucha su hermana y el viejo mingo le preguntaba cuándo?,
queriéndole decir que eso no iba a ser posible porque él no pensaba volver,
pero después de unos meses él se encontraba en Manaure Cesar, con Felicia y se acordó
de los muchachos y se fue a Barrancas a buscarlos y con engañifa se los llevo y
que regresarían pero eso eran mentiras se fueron para La Jagua.
José Domingo, como la mayoría
de los indígenas era nómada, no se amañaba en ninguna parte para él no era
difícil vivir una temporada en Colombia o en Venezuela, una vez estando en la
Villa del Rosario, al venezolano le gusta más un chaman que un médico, él se
dio cuenta que una mujer tenía Erisipela una Infección bacteriana de
las capas externas de la piel, que causan enrojecimiento y dolor en la
zona afectada, fiebre y escalofríos y le dijo usted tiene una brujería y yo se
la puedo curar tirándoselas de brujo, la ciudadana le dijo que si la curaba
ella le pagaría muy bien de inmediato se consiguió un sapo y se lo paso en cruz
por la pierna y el sapo se murió, al día siguiente busco otro sapo y también se
murió después de pasarlo por la pierna de la mujer y le dijo, hui esta fuerte
este hechizo, pero mañana es la vencida, al tercer día llego con otro
sapo, la fiebre y la hinchazón habían desaparecido, y la piel volvió
a su color normal, el saco el anfibio y dijo una jeringonza y esta vez no se murió
y él dijo ya está curada, en verdad la mujer se sentía mejor, ella le pago y de
inmediato se vino para Colombia, estando en La Jagua nuevamente se bajó donde
su nieto preferido Orlando de donde salía temprano y regresaba por la noche
borracho se acostaba, dormía hasta la madrugada y salía de nuevo dejando la
puerta abierta, Orlando aburrido de esa situación espero en la noche que
llegara luego que se acostó y se durmió busco, un clavo grande y con un
martillo se lo clavo a la puerta, de manera que cuando el abuelo quiso volarse
no pudo abrir y se orino la puerta volvió y se acostó, al día siguiente
llegaron la 9 las 10 y el hombre apenado no tubo cara para levantarse y espero
un descuido y se marchó para Maicao, con tan mala suerte que al llegar fue
atravesar una calle y un carro lo atropello dejándolo golpeado, la calle se llenó
de indios y el chofer no pudo escapar y se estaban peleando la familiaridad del
viejo, Ovidio que estaba viviendo en Maicao de casualidad pasaba por el
lugar al ver el montón se acercó y se dio cuenta que era el abuelo y ahí los wayuu
que estaban cobrando la ofensa se calmaron y se retiraron y Ovidio se lo
llevo.
A los 97 años de
tanto tomar alcohol, el estómago se le endureció callo en una cama enfermo de
donde más nunca se paro muriendo el 9 de diciembre de 1997 y así fue la vida de este señor.
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