El Tio Hicho

 Icho es el séptimo de doce hermanos un hombre amable conversador, galante, hombre que sin ser bachiller ni haber terminado la primaria tiene un verbo fluido refinado y rebuscado, de buena labia y tiene una voz grave y le salen palabras como balas de una metralleta sin control, en los conflictos, opina sin agresividad, evita querer tener la razón, sabe escuchar, a veces se altera y otras veces es tolerante da la sensación de no ser una persona normal hasta cierto punto, hace cosas sin esperar nada a cambio, habla con todas las personas aprecia a sus amigos aunque existan diferencias de criterios y de una sonrisa permanente. Icho, nacido en el pueblo de la Jagua del Pilar, el 2 de septiembre de 1949, hijo de Camilo Duran y Sixta Saurith, fue bautizado con el nombre de Edilson Duran Saurith y siempre se ha destacado como buen trabajador, al cumplir su mayoría de edad 21 años obtuvo su cedula de ciudadanía y se mudó a Valledupar en busca de trabajo y conto con la suerte de conseguir un empleo en una chivera sitio donde llevaban vehículos siniestrados y eran vendidos por partes en ese negocio se ganó la confianza del propietario Don Nando Daza y de toda su familia.

 El remoque de "El Tigre" dicen que se lo colocó un teniente de la policía nacional una noche que fue invitado por los uniformados a patrullar por las trochas del departamento del Cesar, y se toparon con un cargamento de gasolina extraída ilegalmente del poliducto, los poli al parecer le temían al personaje dueño de los cisternas, pero Icho que ha sido un hombre que no mide consecuencias, tuvo  la osadía de enfrentarse a palabras con el comerciante de gasolina y decirle enérgicamente que el combustible estaba decomisado y que el dinero que les estaba ofreciendo por la devolución de la mercancía no sería recibido rotundamente así se lo hizo saber, en ese momento parecía que él era el comandante de los uniformados, diciéndole al pirata que ellos se ganaban la plata limpiamente y que jamás ensuciarían sus manos con dineros dudosos.

Tras este incidente el comandante operativo que era un poco refinado por ser del interior del país le dijo oiga como hizo usted eso de enfrentarse a ese señor, no lo puedo creer, usted no sabe quién es él ? "huy" usted es un Tigre, ese sujeto es muy peligroso.

Otros afirman que el apelativo se debe a que Icho es un hombre enamorador y siempre quiere devorar a todas las hembritas que pasan por su lado. 

Icho tenía una novia Aguasblanquera, en el pueblo de la Jagua a la que visitaba cada 15 días donde llegaba muy elegante, bien vestido de blanco con un pañuelo en el cuello y con zapatos Tres Coronas, muy de moda en los años 70 y siempre llegaba con un detalle en la mano para su Prometida, o para la suegra, pero ambos conocieron a otra persona de quien se enamoraron y rompieron el noviazgo, ella en el pueblo y el en Valledupar, se consiguió a Elvira Jiménez, con la que tuvo cinco hijos, tres hembras y dos varones.  

 

Cuentan que Icho al cumplir sus dos años de vida le dio una extraña enfermedad, que tenían que alimentarlo dándole la leche con un algodón y una noche tras convulsionar varias veces, murió quedando pálido, frio y rígido, por varias horas, ya sin esperanzas y convencidos de que  Icho se había ido sin camino de retorno de este mundo, su padre Camilo Duran  y Luis José Duran salieron a bañarse al arroyo para luego ir hacer el cofre fúnebre y al regresar a casa, Sixta le grito Camilo no le vayas a hacer el cajón a mi hijo que él se movió, de inmediato buscaron a un curandero que vivía en el pueblo de apellido Farelo, quien vivía en un rancho ubicado donde hoy es el Hospital.

Farelo llego lo examino lo masajeo, lo rezó, lo baño con ron y le dio una bebida de esas mágicas que usaban y usan los chamanes y con la fe del carbonero, la familia de Icho lo vio reaccionar y evolucionar positivamente y hoy él puede contar esta y otras historias.

 

Los milagros existen, Icho, es testigo de ellos ya que varios años después de haber experimentado la rigidez de la muerte por varias horas, un día cuando se encontraba fabricando una cometa, con unas tijeras en sus manos, papel, varillas de palma y como pegante unas uvitas, caminaba cuando se enredó con lo que sería el rabo del barrilete y al caer al suelo se pullo con la punta de las tijeras en el pecho, falto poco para que le llegará hasta el corazón, al ver el brote de sangre se impresionó tanto que quedo inconsciente, al parecer volvió a morir en ese instante, dice el que vivió la experiencia de viajar al más allá a través de un  túnel oscuro al que llego rápidamente y vio un lugar lleno de luz de paz amor y alegría donde habían muchos ángeles, dice que no lloro en el trayecto y que le pedía a Dios, con fe que lo devolviera al seno de su familia, al final pudo escuchar la voz del señor  diciéndole no es tu hora ni tu día regresa, pero se vino por un abismo oscuro y despertó bajo un sol radiante, sobre la cometa,  rodeado de sus familiares estaba con la seña de las tijeras dos puntos colorados como si lo hubiera mordido un reptil ahí tiene la marca todavía y es la hora en que siente escalofrió y se estremece al recordar dicho episodio dice que le duele acordarse de ese día y no le gusta hablar del tema.  

Después de vivir esa experiencia, está convencido que es un bendecido de Dios y con el accidente que sufrió a sus 75 años el médico le dijo que no sabe ni sé explica cómo es que sobrevivió, al impacto que recibió, de aquella motocicleta que lo arrolló cuando se movilizaba montado en una bicicleta prestada que quedo toda retorcida, cuando el Doctor lo examino, el pronóstico que dio cuatro costillas rotas un pulmón perforado, laceraciones y lesiones por todos lados. Después de ser operado dos meses después le dieron de alta, lo mandaron para la casa donde se notaba muy animado preguntando por las hembritas y contando como ocurrieron los hechos como si nada hubiera pasado.


 

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